La Argentina ha decidido abandonar el dólar estadounidense y adoptar el yuan chino como moneda de pago en el comercio bilateral con China. El anuncio fue realizado el miércoles por el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, quien busca contener la pérdida de reservas internacionales del Banco Central argentino en medio de una crisis cambiaria.
Esta medida representa un avance para China en su intento de consolidarse como un actor clave en el mercado financiero internacional. China es uno de los principales socios comerciales de Argentina, siendo responsable del 21% de las importaciones argentinas en 2022, con un monto total de 17.502 millones de dólares.
A partir de este mes, las empresas argentinas comenzarán a utilizar el yuan para pagar importaciones por un valor de 1.070 millones de dólares en abril, con operaciones programadas en mayo por aproximadamente 790 millones de dólares.
El cambio en la moneda se realizará en base al acuerdo de “swap” (intercambio de divisas) ampliado que Argentina y China firmaron en noviembre pasado. Este acuerdo permitió a Argentina acceder al equivalente de 5.000 millones de dólares en reservas de libre disponibilidad y aumentó la participación china en las reservas internacionales brutas del Banco Central argentino al 48%.
Durante el anuncio, realizado junto al embajador de China en Buenos Aires, Zou Xiaoli, el ministro Massa indicó que la peor sequía en la historia de Argentina, que redujo las exportaciones en 15.000 millones de dólares, llevó al país y al Fondo Monetario Internacional a replantear sus programas de importaciones y exportaciones.
El Gobierno de Fernández ha implementado restricciones severas a las importaciones y ha dificultado el acceso a divisas para pagarlas, en un intento por frenar la pérdida de reservas internacionales. Estas restricciones han complicado las importaciones y la actividad de empresas que requieren bienes intermedios extranjeros para su producción industrial. Sin embargo, el acuerdo con China permitirá flexibilizar algunas de estas condiciones, según Massa. Las autorizaciones para importar, que solían realizarse a 180 días, se acortarán a 90 días al utilizar yuanes.
El ministro de Economía destacó que este acuerdo mejora las perspectivas de las reservas netas de Argentina y otorga mayor libertad y capacidad de acción al Banco Central en medio de la tensión cambiaria de las últimas dos semanas, en las que el peso se depreció casi un 20% frente al dólar. Para evitar una mayor caída, el Gobierno intervino en el mercado cambiario y logró una recuperación del 4,4% en el valor de la moneda nacional. Las autoridades argentinas atribuyen la corrida bancaria a especuladores, a quienes han amenazado con llevar a juicio.
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