En la conmemoración del vigésimo aniversario de la llegada al poder de Néstor Kirchner, la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner, se dirigió a la multitud congregada en la Plaza de Mayo, esquivando definiciones sobre candidaturas y señalando duramente a la Corte Suprema.
“Me odian, me persiguen y me prescriben. Nunca voy a ser de ellos. Yo soy del pueblo y de ahí no me muevo”, declaró Kirchner, en un discurso de cerca de una hora que reflejó su protagonismo en el Frente de Todos. Tildó a la Corte Suprema de “mamarracho indigno”, exigiendo un acuerdo con el FMI que permita el crecimiento económico.
El acto congregó a dirigentes y allegados del peronismo, entre los que se encontraban Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Wado de Pedro. La vicepresidenta no se refirió a la inflación, pero enfatizó la urgencia de una mejor distribución del ingreso en el país.
En medio de la lluvia, miles de seguidores se congregaron en la Plaza de Mayo. Pese a la insistencia de los presentes, Kirchner no ofreció señales de cambiar su decisión y postularse como candidata. Sin embargo, varios referentes del peronismo mostraron su deseo de que la vicepresidenta reconsiderase su postura.
Mientras que los gobernadores estuvieron ausentes, salvo por algunos ejemplos, destacó la presencia de Sergio Massa y Juan Grabois en el escenario. A pesar de las tensiones, ambos parecieron tranquilos y compartieron risas.
En su discurso, la vicepresidenta apeló a la militancia para enfrentar lo que denominó como “desinformación” en relación a los problemas económicos del país. A pesar de sus llamamientos, la multitud insistió en su deseo de verla nuevamente en la presidencia.
El futuro de las candidaturas en el Frente de Todos sigue incierto. Cristina Kirchner no dio señales claras sobre su postura, pero insistió en la necesidad de un programa de gobierno. Al término del acto, las luces de los fuegos artificiales iluminaron la Plaza de Mayo, dejando en el aire la incertidumbre sobre los próximos pasos políticos del kirchnerismo.
Imagen | Flickr Ministerio de Cultura de la Nación, propiedad de Augusto Starita