La reciente caída de los precios del gas natural hasta un mínimo no visto desde fines del 2021, podría acelerar el distanciamiento de la Unión Europea (UE) de Rusia. Los precios en el mercado TTF de Holanda, referencia en Europa, han disminuido por debajo de los 30 euros por megavatio hora (MWh), impactando en varias esferas: alivia la presión inflacionaria, posibilita la acumulación de reservas a costos asumibles y facilita la decisión de la UE de evitar la adquisición de gas natural licuado (GNL) de Rusia.
A pesar de que la UE ha prohibido el petróleo y derivados rusos, ha demostrado precaución respecto al gas, en gran parte debido a las complicaciones en la matriz de suministro. Sin embargo, el actual descenso de precios fortalece la postura de aquellos que abogan por el cese de las compras de GNL ruso.
La ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha pronunciado al respecto, sugiriendo que la UE podría prohibir la importación de GNL ruso en un futuro cercano. No obstante, la interrupción de los contratos podría implicar pérdidas significativas para las empresas europeas, y algunos consorcios de gas, como Yamal LNG, involucran a diversas empresas internacionales.
A pesar de los cambios recientes, los expertos insisten en la necesidad de cautela. Javier Revuelta, especialista de la consultora energética Afry, sostiene que Europa aún necesita constantes suministros de GNL y enfrentará una competencia fuerte por el gas durante el próximo invierno.
De consumarse el alejamiento de la UE del GNL ruso, se anticipa un traspaso del gas de Yamal hacia terceros países, resultando en un ajuste en la distribución de los flujos de GNL y mayores costos económicos y de emisiones debido a las distancias más largas a recorrer.